EFOSA y Cidelsa, pioneros del videojuego para recreativas

libro recreativas david torres

Hablar de la historia de los videojuegos para máquinas recreativas en este país corresponde mencionar tres piezas fundamentales: Gaelco, Tecfri y Cidelsa. De estas empresas pioneras catalanas, Cidelsa suena tan lejana que suele ser la menos recordada, algo injusto teniendo en cuenta que en realidad fueron los primeros en comercializar sus propios videojuegos.

Afortunadamente Cidelsa ha empezado al fin a tener más reconocimiento gracias a la emulación de tres de sus juegos: Altair, Destroyer y Draco, pero falta aún conocer realmente quién estaba realmente detrás de la creación de estos títulos, y no es otra que la empresa EFOSA (Electrónica Funcional Operativa SA).

Desde Barcelona, fue en EFOSA donde estuvieron las mentes que idearon y desarrollaron los primeros videojuegos en este país. Estos juegos se introdujeron en un mercado donde hasta entonces sólo había importaciones del extranjero, y donde a falta de una industria propia de desarrollo tuvieron que inventarla ellos mismos. Y por supuesto todo ello ocurriendo años antes de la llamada “edad dorada del software español” dentro del sector doméstico.

Hemos tenido oportunidad de conocer a dos profesionales que trabajaron en EFOSA: Eusebi Aubareda y Máximo Romero, que nos han permitido obtener una pequeña visión de su historia y de conocer cómo fueron los inicios del diseño de videojuegos para recreativas.

Inicios de EFOSA y su relación con Playmatic

Barcelona, años 70. Playmatic era una empresa especializada en el diseño, fabricación y comercialización de pinballs. Contaban con una experiencia que les permitía incluso exportar las máquinas al extranjero. Aun así la presencia e influencia de los norteamericanos era muy fuerte, para eso eran los inventores de las máquinas del millón,. Era por tanto fundamental estar pendiente de sus novedades, y sobretodo no perder la pista sobre nuevas tecnologías que pudiesen introducir para adaptarlas cuanto antes y así seguir siendo competitivos.
Y por aquellos tiempos, la mejor forma de acceder a esta información era viajar al extranjero y visitar las ferias especializadas, que además permitía probar las máquinas ‘in-situ’ e incluso cerrar acuerdos comerciales.

Hasta entonces los pinballs eran electromecánicos, pero a finales de los 70 empieza a asentarse una novedad muy importante, y es el uso del microprocesador como controlador central de los mismos, incluyendo los displays que pasan a ser digitales, y dando paso al nacimiento de la siguiente generación de pinballs: los electrónicos o también llamados ‘Solid-state’.

En Playmatic sabían que debían de adaptarse a esta tecnología, y entre los años 1977/78 decidieron contactar con una empresa externa para desarrollar un nuevo sistema de pinball. Hablamos entonces de EFOSA (Electrónica Funcional Operativa SA), establecida también en Barcelona y que por aquél entonces se dedicaba a la fabricación de componentes electrónicos. Eusebi nos cuenta que estaba fundada por tres socios: Fernando Yago, Frederic Massallé y Jose María Roger.

Máximo Romero nos destaca que el producto más importante que diseñó, fabricó y comercializó EFOSA, antes de dedicarse al sector recreativo, fue el Encendido electrónico para automóviles llamado Integrador Estrella Azul, y que llegó a introducir en sus coches la marca Renault. También se diseñó el regulador de limpiaparabrisas, junto con otro tipo de productos, tales como reguladores de motor para lavadoras y reloj despertador digital para la empresa FLAMAGAS. Estos fueron unos de tantos productos que diseñaba y fabricaba EFOSA, en su primera etapa.

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Integrador Estrella Azul: Encendido electrónico para automóviles de Renault, fabricado por EFO.

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Integrador Estrella Azul: vista donde aparece la etiqueta con el nombre de (Electrónica Funcional Operativa (EFO), junto con la leyenda «Integrador I-300».

En cuanto a Fernando Yago, además de socio capitalista, era ingeniero responsable de laboratorio y genio de los productos que se desarrollaban en EFOSA. Se encargó de viajar a las principales ferias de Estados Unidos y Japón para conocer las novedades, trayéndose las placas para poder estudiarlas. Llegaron a fabricar aquí los primeros circuitos impresos de doble cara, usando remaches de plata para unir un piso de arriba con la de debajo.

Se investigaron por tanto diferentes tipos de hardware, se hicieron pruebas con el procesador CDP1802 fabricado por RCA, y finalmente Playmatic comercializó sus primeros pinballs electrónicos sobre 1978. Algunos de estos primeros títulos fueron: Space Gambler, probablemente el primero según IPDB.org, Big Town, Chance y Last Lap.

Por aquél entonces por supuesto ya existían los videojuegos, principalmente Pong y sus incontables clónicos, juegos analógicos, sin microprocesador, cuya tímida introducción se hizo de forma más tardía en comparación con otros países y aún permanecían a la sombra de los pinballs.

Pero un nuevo juego traído desde Japón hizo cambiar esta situación, revolucionando de forma brusca el sector recreativo para siempre: se trata del mítico Space Invaders.

Space Gambler el primer pinball de Playmatic en usar microprocesador.

Flyer de Space Gambler de Playmatic, 1978, introduciendo el uso de microprocesador. (Imagen adaptada de ipdb.org)

EFOSA y Cidelsa: los primeros videojuegos.

La llegada de Space Invaders a finales de los años 70 fue tan revolucionario que los fabricantes de pinball empezaron a asumir que los videojuegos iban a ser la revolución en las máquinas recreativas durante los siguientes años, siendo decisivo dar el salto e introducirse en este nuevo mercado si no querían quedarse atrás.
Incluso fabricantes de pinball americanos como Bally/Midway, Williams o Stern se hicieron eco más tarde o más temprano, y esto daba una pista de lo que había que hacer aquí.

Empresas españolas como Sonic, Inder y Recreativos Franco empezaron entonces a comercializar juegos extranjeros, en lugar de importar los juegos completos, se pasó a importar sólamente la placa, donde desde Space Invaders ya era norma que incorporasen microprocesador, se realizaban modificaciones y se montaban en muebles diseñados y construídos aquí. No pasó mucho en unirse diferentes empresas tratando de aprovechar este nuevo filón, originando un boom en donde se comercializaban juegos ya fueran con o sin licencia de los fabricantes originales. Estó provocó que se pudieran ver diferentes versiones de un mismo juego fabricado por distintas empresas.

En Playmatic decidieron que para dar un paso más allá de la competencia había que introducir un elemento diferenciador. Plantearon entonces la posibilidad de diseñar y desarrollar sus propios juegos en lugar de simplemente importarlos, asegurándose así de introducir juegos exclusivos. Crearon el sello CIDELSA para separar esta nueva aventura de comercialización de videojuegos, dejando la marca Playmatic intacta para los pinballs. Contando con la experiencia en electrónica de EFOSA, trabajaron nuevamente con ellos para diseñar estos nuevos juegos.

Gameplay de Destroyer, EFO - Cidelsa. 1980.

Gameplay de Destroyer, el primer juego desarrollado por EFOSA para Cidelsa.

Enemigo final de Destroyer, EFO - Cidelsa. 1980

El enemigo final de Destroyer.

Pero realizar un videojuego era un concepto totalmente nuevo y desconocido, en España existía industria de pinballs pero no de diseño de videojuegos. Había entonces que desarrollar todo el proceso completo desde cero, comenzando por el diseño y fabricación del hardware o placa, hasta el desarrollo del concepto y programación del juego. En el laboratorio de EFOSA decidieron recurrir al mismo método que ya hicieron anteriormente con los pinballs, esto es: visitar ferias especializadas, principalmente en Estados Unidos, para conocer los juegos e importar las placas, estudiarlas y así poder desarrollarlas. Todo un proceso de ingeniería inversa que era fundamental para entender cómo funcionaban, ya que era algo que aquí simplemente no existía. Los japoneses ya habían pasado por todo este proceso de investigación y empezaba a dar sus frutos con sus primeros éxitos, en los que años más tarde tomarían finalmente el relevo frente a los norteamericanos.

EFOSA se dividía en laboratorio y fabricación. En este último se hacía la serie de las placas.

Eusebi Aubareda estuvo trabajando en el Laboratorio de diseño en EFOSA, y nos comenta cómo diseñaban los planos de las placas para construir el prototipo del hardware:

Los prototipos se diseñaban mediante ensayo y error, cuando funcionaba una parte se añadía al plano general. Al no haber circuito impreso, los prototipos se construían soldando los componentes y haciendo las pistas. Una vez verificado, los diseños finales del circuito se imprimían en papel vegetal, que permitía superponer transparencias de distintas capas, se hacía foto del negativo en grande y lo enviaban para su fabricación.

Placa Destroyer diseñado fabricado por EFO y comercializado por Cidelsa.

Placa del Destroyer, donde se observa la serigrafía de EFO. Imagen: AUMAP.

Pero como comentamos antes, no sólo bastaba investigar el Hardware para diseñar la placa, había que estudiar también cómo funcionaban el diseño de los juegos: comprender su mecánica, cómo se realizaban los gráficos, animaciones, sonidos, etc., es decir, tocaba estudiar el propio Software.

Por aquél entonces ya existía Galaxian, que tuvo también un notable éxito y pegaba fuerte en todos las salas recreativas y bares por todo el país. Además introducía como novedad el uso de RGB para generar color, frente al Space Invaders que era originalmente en b/n. Este juego influyó en EFOSA a la hora de desarrollar tanto el hardware como la mecánica para crear su primer juego: Destroyer.

Aunque habían trabajado con el RCA DCP1802, tuvieron que investigar para la implementación del vídeo.

Máximo nos comenta detalles de cómo implementaron el color:

Para la creación del color en los juegos se creó una placa para los monitores de tubo de color llamada placa MONITOR RGB, que consistia en la misma tecnología que han utilizados los TV ya obsoletos de tubo, sin la etapa de sintonización.
Estaba compuesto de una entrada RGB que venia de la CPU y la pasaba a la etapa de RGB para sacar la información en el monitor (el sistema es lo mismo que un monitor de tubo de PC).

Fernando Yago tuvo un papel fundamental en el desarrollo estos juegos. Se convirtió también en el principal programador. Los juegos se escribían en lenguaje ensamblador, y posteriormente se llegó a contar con dos programadores más.

Nuevamente Eusebi nos comenta detalles de cómo investigaban el vídeo y los gráficos de los juegos:

Fernando me conectaba el vídeo y sacabamos en papel los dibujos. Las placas tenían una patilla (halt) que nos permitía congelar la imagen. Así podíamos ver si un elemento tenía frames, si hacia un cambio de sentido, si se movía simplemente, o si pasaba de una imagen a otra para simular la animación. Así podías ver por ejemplo las explosiones, y así veías que tenias un rojo, un rojo con amarillo blanco, y podías estudiar cada fotograma de los distintos gráficos usados para la animación de la explosión.

Eusebi también recuerda que en un principio los gráficos se diseñaban directamente en papel.

Mueble del Destroyer, Cidelsa - EFOSA 1981.

Un deslucido mueble de Destroyer, el primer videojuego diseñado y fabricado íntegramente en España, gracias a EFO y Cidelsa.

Finalmente se lanzó Destroyer allá por 1980, resultando no sólo ser el primer juego de CIDELSA, significó además convertirse en el primer juego íntegramente desarrollado y comercializado en España.

Un hecho totalmente pionero en una época donde al no existir industria de desarrollo de videojuegos como tal, tuvieron que inventarla ellos.

Es cierto reconocer que Javier Valero (Tecfri / Gaelco) mostró en una ocasión una placa que podría haber sido el verdadero primer videojuego desarrollado en este país, pero al ser en blanco y negro no podría competir con el salto de los juegos a color. Introducir un juego ya de por sí desfasado no tenía sentido en un mercado tan competitivo, por lo que finalmente decidieron no comercializarlo, quedando sólo en fase de prototipo (Se puede ver un vídeo donde muestra el prototipo en: Javier Valero en Retroeuskal – Dailymotion).

En cambio en EFOSA apostaron desde un primer momento por diseñar un hardware que permitiera color, equiparándose al nivel que exigía el sector en ese momento.

El que se comercializara estos juegos a través de CIDELSA tuvo como consecuencia que el nombre de EFOSA quedase a la sombra de su propio mérito, y por ello es imprescindible reivindicar el hecho de ser los verdaderos artífices. Sentaron las bases donde surgirían, también en Barcelona, otras empresas posteriores como las ya mencionadas Tecfri y Gaelco, entre otras.

A Destroyer, le siguió Altair (1981), con un estilo similar pero introduciendo dos novedades:
– La nave se podía mover verticalmente y poder disparar hacia abajo, en un momento en el que la mayoría de los juegos espaciales sólo permitían mover la nave en horizontal.
– Si nos alcanzaba un disparo enemigo se podían perder parte de nuestra nave en lugar de explotar directamente.

Altair de Cidelsa incluía nuevo diseño de enemigos junto otros elementos respecto a Destroyer.

El enemigo final de Altair, 1981. EFO – Cidelsa.

Altair tuvo un éxito suficiente como para contar con una versión modificada sobre el código original, la por desgracia desaparecida Altair II, que irónicamente es la más recordada por los aficionados. Gracias a ellos conocemos más detalles del mismo, como por ejemplo tenía otro orden de fases, un nuevo enemigo final y un sistema de Ranking que te otorgaba calificaciones según la puntuación del jugador (regular, bien, muy bien, excelente y sobresaliente).

Altair fue desarrollado íntegramente por EFO para Cidelsa.

Página trasera del flyer de Altair donde aparece Electronica Funcional Operativa como diseñador y desarrollador íntegro del juego.

Placa de Altair fabricado por EFOSA para Cidelsa.

Placa de Altair. Imagen:Aumap.

El último juego comercializado por CIDELSA que conocemos fue Draco (1981), con un estilo que recuerda al Berzerk (Stern, 1980), pero usando dos joysticks, uno para el movimiento y otro para controlar la dirección del disparo. Con esta innovación se adelantaron, o al menos coincidieron, con los estadounidenses respecto a Space Dungeon (Taito, copyright de 1981 aunque lanzado en 1982 según la web arcade-history.com) y Robotron (Williams Electronics, 1982).

Draco mostraba el sistema de clasificación final que concuerda con el descrito en Altair II junto con la opción de continuar en el punto donde perdimos en el juego a base de echar más monedas, algo que todavía no era una constante en los recreativos hasta años más tarde.

Draco de Cidelsa contaba con cinco fases y opción de Continue.

Draco contaba con cinco fases, con opción de continuar en el punto donde nos mataron a base de echar más monedas. (Imagen adaptada de arcadeflyers.com)

Probablemente llegaría a comercializar alguno más, Eusebi nos confirma que bajo el periodo de EFO – Cidelsa se podrían haber comercializado cuatro y creado un total de unos ocho, recuerda el nombre del buscado Octopus junto con algún juego del estilo de «Nibbler», sintiendo no poder dar más detalles, algo comprensible ya que es difícil acordarse entre juegos que no pasaron de las pruebas de testeo o presentarlo en las ferias del sector recreativo.

Precisamente las pruebas de ‘testeo’ era un paso muy importante y totalmente decisivo, ya que había que asegurar la calidad del resultado final. EFOSA tomaba como campo de pruebas la propia calle. Colocaban la máquina en juego libre en un bar cercano a donde estaban ubicados (calle María de Barrientos, muy cerca además del estadio Camp Nou), con la consiguiente e inevitable invasión de chavales llenando el local para poder probar los juegos.

Aparte se aseguraban de tener en funcionamiento dos o tres máquinas en las oficinas para hacer sus propias pruebas, anotando en papel todas las modificaciones que se necesitaban realizar. Había que asegurar la calidad final antes de sacarlos a la venta.

Gameplay de Draco, EFO - Cidelsa, 1981.

Gameplay de Draco, 1981. Tenía como novedad el uso de dos joysticks, aparte de incluir la opción de continuar la partida en el punto donde nos mataron.

Gameplay de Altair, EFO - Cidelsa, 1981.

Gameplay de Altair, que como novedad permitía mover la nave hacia arriba-abajo y perder partes de la misma con el impacto enemigo.

Proceso de fabricación y montaje.

El proceso de fabricación, tal como se adelantó antes, inicialmente era bastante artesanal.

Draco incluía procesadores adicionales respecto a Destroyer y Altair.

La placa de Draco incluía más procesadores que las anteriores Destroyer y Altair, por ejemplo según progettoemma.net se añadió el chip AY8910 para mejorar el sonido. Imagen: Commodoro 64 en Flickr.

El montaje de las placas electrónicas se hacía manualmente por un grupo de chicas que iban insertando los componentes electrónicos en las placas, que posteriormente, se pasaban por la maquina de soldar, mediante una ola de estaño quedaban soldados los componentes, que posteriormente se repasaban por las mismas operarias.

De aquí lo pasaban a un departamento, donde Alfonso Junco era el encargado de testear las placas antes de enviarlas a Playmatic. Las placas salían en caja totalmente montadas y funcionales, incluyendo el programa y las memorias, para que en Playmatic sólo tuvieran que conectarlas al mueble. Desde que se empezaba hasta que se acababa la placa era un periodo aproximadamente de unos 3 o 4 meses.

En Playmatic se encargaban del ensamblaje completo de la recreativa. Inicialmente ellos hacían incluso las mangueras de cableado a través de una madera donde unos clavos indicaban por dónde debían de pasar. Cuando en el mueble estaba todo soldado, atornillaban, conectaban la placa enviada desde EFOSA e insertaban el monitor. Se podrían hacer entre 5 y 10 máquinas al día.

Posteriormente se automatizaría el proceso y se externalizaban ciertas tareas, el cableado por ejemplo se encargaba fuera y venía ya hecho, aumentando el rendimiento de producción.

Mueble original de Draco, Cidelsa.

Mueble original de Draco, con el panel de control con dos joysticks, uno para el movimiento y otro para controlar la dirección del disparo. Imagen de particular alemán.

Aproximadamente sobre el año 1983, Fernando Yago comenzó a observar el rápido crecimiento del mercado de los ordenadores personales. Aquí una vez más estábamos a la sombra de otros países pero ya comenzaban a llegar ordenadores personales profesionales. Se decidió introducirse en este nuevo negocio fundando para ello Cedar Computer.

Cedar Computer: llegan los ordenadores personales

Cedar Computer se creó porque tras la aparición de ordenadores personales como el IBM PC decidieron fabricar y vender sus propios modelos. Fernando Yago viajaba una vez más a Estados Unidos para traerse distintos marcas con el objetivo de estudiarlos. En Cedar Computer llegaron a montar su propio PC basado en el Z80 y con sistema operativo CP/M, que permitía multitarea hasta 42 usuarios. No sólo se llegaron a vender muchísimas unidades de este modelo, también sirvieron en EFOSA como equipo interno de desarrollo propio, desde ahí empezaron a realizar el diseño de las placas y la programación de los siguientes videojuegos.

Durante este periodo llegaron a convivir conjuntamente Cedar Computer y EFOSA para el desarrollo de ordenadores, juegos de vídeo para máquinas recreativas e incluso tragaperras. Esto provocó además que el equipo de diseño tuviera que ampliarse . Empezaron a contar con un dibujante profesional, había 3 o 4 programadores trabajando en ensamblador para los juegos, como Victor Manuel o Jose María, que trabajaban desde la Universidad de Informática de Barcelona. Fernando se encargaba también de la programación y del vídeo.

Respecto a las recreativas, empezaba a notarse las consecuencias de cuando los juegos quedaban desfasados, era costoso tener que cambiar el mueble entero para poner otro juego, y los operadores modificaban por su cuenta las propias placas para poder sustituir de juego sin tener que cambiar el mueble. En EFOSA plantearon entonces en diseñar un sistema que permitiese al operador cambiar de juego de una forma más cómoda y barata.

Según Máximo Romero, que trabajó como técnico de laboratorio en EFOSA, se diseñó un sistema llamado Magner y lo comercializó Codere. El sistema fue innovador ya que por aquél entonces no existía aún el estándar JAMMA que todos conocemos. Máximo, que en este proyecto trabajó en el cableado del prototipo de la placa de sonido nos proporciona más detalles:

Se trataba de un rack compuesto de varias placas CPU, SONIDO y dos llamadas SPRITES que realizaban los fondos de pantalla con lo cual el juego tenía el efecto 3D con dos fondos que se desplazaban por separado y una pantalla principal controlada por la CPU, éste rack tenía como novedad que llevaba una disquetera de 3,5 con lo que podias cambiar de juego sin tener que cambiar la maquina.

La placa tenía un Z80 y usaba RAM dinámica, esto tenía como principal ventaja que consumía poco, pero a la vez provocó otra serie de desventajas, como la tendencia a averías. Llegaron a comercializarse unos 15 juegos, se vendían enviándolos por correo, la mayoría eran adaptaciones de juegos extranjeros pero también hubo algunos propios.

Cidelsa: los juegos perdidos.

Consultando en Boletines Oficiales, en el BOCYL (Boletin Oficial Castilla La-Mancha) nº89 10 mayo 2010, aparecen los siguientes títulos registrados a nombre de EFOSA:

  • A Day in Space
  • Jungle Trophy
  • Quadrum
  • Crazy Driver
  • War Mission

El hecho de que fueran registrados a nombre de EFOSA en lugar de CidelsaPlaymatic puede suponer tal vez que pertenezcan al sistema de placas Magnet. Algunos de estos títulos incluso podrían ser de desarrollo propio.

A estos nombres se añaden a la misma lista Magnet I, Magnet II y Magnet III, siendo revisiones del sistema podría corresponder con el que mencionan tanto Máximo como Eusebi.

En el mismo documento aparecen otros títulos registrados a nombre de Playmatic:

  • Space Blaster
  • Nightmare

Al no constar referencias a juegos de pinball con estos nombres, tal vez podrían ser dos juegos de vídeo más desarrollados por EFOSA para Playmatic – Cidelsa.

Aparte de estos títulos podría existir uno adicional: Clean Octopus, nombre encontrado en un listado de flyers perteneciente en su momento a un antiguo museo de recretivas. (Web del antiguo museo en Bélgica.)

Clean Octopus podría ser el cuarto juego comercializado por Cidelsa.

Captura de la web donde aparece menciando un flyer de Clean Octopus, posiblemente el 4º juego comercializado por Cidelsa.

NIX SA. Tras el cierre EFOSA y CEDAR

La aventura de EFOSA y CEDAR continuaría hasta 1990 aproximadamente. La transición se hizo hacia la empresa SAINEL (Sociedad Anónima de Industrias de Electrónica) heredando los componentes de las dos anteriores. Lograron además llegar a un acuerdo con Nokia para importar muebles y componentes y así fabricar televisores Nokia y Firstline. Más de uno recordará éste último modelo muy conocido en los años 90.

A partir de aquí los socios de EFOSA trabajaron por separado.

Maximo y Eusebi continúan con sus trayectorias profesionales ya fuera del sector del recreativo.

Fernando Yago sin embargo sí volvió nuevamente a la creación de videojuegos, trabajando en dos títulos dentro de la empresa NIX SA: Pirates y Genix Family, ambos con fecha de 1994, y siendo hasta el momento sus últimas creaciones conocidas.

Es importante destacar que ha llegado a confundir NIX SA con Nixsa Electric SL, empresa de fabricación de componentes electrónicos y que sigue en activo, sin embargo desde Retrolaser se ha contactado con la empresa y, al menos según la persona que nos atendió, se niega cualquier relación pasada con el sector recreativo.

Los juegos de NIX SA se lanzaron en una época donde el mercado de las máquinas recreativas había cambiado notablemente. Los inicios de EFOSA quedaban ya lejanos y el mérito y sus juegos quedaron olvidados. Prácticamente cuando se lanzaron sus recreativas no había apenas publicaciones que ayudaran documentarlas, quedando sólo el recuerdo de aquellos aficionados que pudieron disfrutarlos en su momento.

Los últimos juegos conocidos de Fernando Yago corresponden a la empresa NIX SA, como Pirates, de 1994.

Pirates, NIX SA, 1994. Los últimos juegos conocidos en los que trabajó Fernando Yago son los dos títulos pertenecientes a la empresa NIX SA.

Genix Family es uno de los últimos juegos conocidos de Fernando Yago.

Genix Family, 1994. NIX lanzó al menos dos juegos para máquinas recreativas.

Precisamente han sido los aficionados, cuando décadas más tarde y a partir de placas que aún conservaban, han logrado volcar las memorias de estos juegos y preservarlos a través de la emulación. Una excelente forma de mantener la historia, reconocer los inicios de sus autores, y de que estos lejanos juegos puedan seguir siendo disfrutados casi 35 años después.

A partir de aquí corresponde a los aficionados a la historia del videojuego mantener la memoria de sus propios inicios. Quedan detalles por añadir, juegos por descubrir, pero esto es quizás uno de los aspectos más interesantes de esta afición.

Agradecimientos a Máximo Romero y Eusebi Aubareda por su colaboración y paciencia para la elaboración de este artículo.

* Actualización: se añade captura de la web donde aparece el nombre de Clean Octopus como juego de Cidelsa.

Links

Fotos de material de EFO – Cidelsa: → Commodoro 64 en Flickr.

2 comentarios
  1. 9 septiembre, 2014
    • 9 septiembre, 2014
  2. 4 agosto, 2015
  3. 11 enero, 2016
  4. 29 enero, 2016
  5. 28 mayo, 2016
  6. 30 agosto, 2016
  7. 8 julio, 2018

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