En la lejana época de la televisión con dos canales, se empezaron a colar entre finales de la década de los 70 y los años 80 diversas series de anime, ya fueran totalmente japonesas o coproducidas con otros países. Mazinger Z y Candy-Candy son dos ejemplos reconocibles e icónicos de la lista de aquella era.
Pero salvo por lo que emitían por la TV pública, realmente había muy pocas opciones para acceder al anime japonés. Algunas zonas tenían canal autonómico propio pero en mi caso ni con esto podíamos contar. Desde pequeños aprendimos rápidamente que para acceder a estos «dibujos japoneses» era obligatorio recurrir a vías alternativas. En los 80 éstas eran el vídeo doméstico (Beta, VHS) y el vídeo comunitario.
Voy a contar mis experiencias con estos métodos del pasado. Retrocedamos a la segunda mitad de los años 80…
¿Que era eso del video comunitario?
Los vídeo comunitarios eran canales de televisión al que te abonabas por una cuota. Una especie de Canal+ en los 90, salvo que los vídeo comunitarios eran de cobertura local y ciertamente con una personalidad más pirata, que acabaron siendo víctimas finalmente de las regulaciones por parte del gobierno.
Con horario irregular y programación a base de pobres fotocopias, estos canales te ofrecían películas y por supuesto series infantiles de toda índole, que para eso eran mucho mas baratas. Los vídeo comunitarios no podían ocultar su aspecto oscuro y subterráneo, emitiendo material sacado del mercado negro. En cierta manera siempre me los he imaginado con un estilo sórdido y subterráneo, como si fueran espejos del canal Civic TV de la película Videodrome (David Cronenberg, 1982).
En mi caso nuestro vídeo comunitario se llamaba Televico, convirtiéndose en una vía imprescindible para acceder al material que nos interesaba.
Y fue aquí donde descubrí una serie que cambiaría para siempre mi concepto del anime japonés: Conan el niño del futuro.
Conan el Niño del Futuro
Tras su aspecto anticuado e infantil, Conan el niño del futuro esconde en mi opinión una de las mejores series de la historia del anime japonés.
Era crítica, ecologista, humanista, de cómo se le daba una segunda oportunidad a la humanidad y cómo volvía a cometer los mismos fallos, el conflicto generacional, la excesiva industrialización (todavía recuerdo la escena de la fábrica que mostraba como se hacía el pan), elementos que no eran comunes para series de dibujos animados, los cuales por entonces tenían un concepto y tratamiento exclusivamente infantil por parte de la cerrada mentalidad del público occidental en esa época. Era distinto porque se desmarcaba del propio concepto impuesto de dibujo animado, sobretodo de asociarlo exclusivamente con los cartoons occidentales.
Conan el Niño del Futuro mostraba además una auténtica aventura con elementos SF (hoy en día con rancio pero entrañable sabor retrofuturista), mis hermanos y yo nos quedábamos enganchados viendo como locos cada nuevo episodio, siguiendo la evolución de los personajes e historia en el irregular horario que imponía nuestro video comunitario, junto con sus interminables reposiciones que tampoco nos perdíamos.
Y uno de los detalles que me sigue enamorando de la serie es su particular Ending, una animación cíclica presentando trazados como bocetos, una simplificación que conseguía transmitir con cierta melancolía todo el feeling y mensaje de la serie.
Una pena que además esta serie suele quedarse ignorada simplemente por ser pre-Ghibli, cuando fue el germen de la personalidad que se mantendrían en sus producciones de Hayao Miyazaki. Por suerte llegó a ser reeditada hace un tiempo en DVD, que además de la versión japonesa incluye el mismo doblaje original de la época, ideal para nostálgicos.
Blue Noah y Robotchi
Otra serie que recuerdo de nuestro querido Televico era Blue Noah, una especie sucedáneo de Space Battleship Yamato al estilo submarino ambientado en una época en que el nivel del mar había subido drásticamente a costa de unos alienígenas (aún recuerdo la traumática imagen donde España literalmente aparecía borrada del mapa tras la crecida). Pero Blue Noah tenía un doblaje latino que echaba para atrás. Una característica que hemos tenido que padecer los aficionados al anime desde el inicio de los tiempos.
Junto a Blue Noah también estaba Robotchi, serie anime de humor absurdo que copiaría a Dr. Slump aunque en mi caso Robotchi llegó muchísimo antes que éste. Robotchi no ocultaba su descaro ambientándose también en una aldea, escenario perfecto para que el profesor Deko y su robot Robotchi, con televisor incorporado, la líen.
Fue la primera serie con toques ecchi que vería, como cuando el profesor mandaba a Robotchi a espiar a la mujer policía del pueblo, una rubia de cuidado (la escena en que intentaba grabarla en la ducha era delirante). El robot en cambio tenía su propias historias con otra chavala.
Sin duda hubo más series que iré contando por aquí.
Links:
Opening y Ending de Robotchi (versión italiana): → https://www.youtube.com/watch?v=f8QQs7rSBuM
Conan el niño del futuro. Una de las mejores series que he visto en mi vida. Entrañable, inteligente, divertidísima. De lo mejor.